Desde Villa de Leyva, en Boyacá, el defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis, respaldó la petición de los campesinos y sus voceros, de que la política gubernamental no se puede traducir en un programa que nuevamente reduzca a la población campesina a una sola dimensión: la dimensión productiva. 

“Esta petición de la comunidad campesina, a nuestro juicio, es muy pertinente, teniendo en cuenta que recoge nuestra reiterada recomendación: es oportuno que haya una articulación interinstitucional y de integralidad al momento de concebir la política pública destinada al campesinado colombiano”, expresó Camargo.

A la Defensoría del Pueblo, que ha mantenido un diálogo permanente con las organizaciones campesinas, le aseguraron que sus dificultades han sido elevadas, de tiempo atrás, al Ministerio de Agricultura, al Ministerio del Interior y al Departamento Nacional de Planeación.

“La política pública debe tener un componente de participación de los interesados; entonces, ser construida como política integral nacional, en la que se logre la inclusión del campesinado a través de la garantía efectiva e interdependiente de sus derechos humanos, en temas como la educación, la soberanía alimentaria, la salud, la protección a la vejez, la vivienda, la inclusión productiva del campesinado, el desarrollo ambientalmente sostenible, la competitividad en ciencia e investigación y el ordenamiento territorial”, recalcó el Defensor del Pueblo.

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La propuesta de incluir, en su momento, un capítulo campesino en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), elaborada por un equipo de representantes campesinos después de su convención nacional, fue entregada formalmente al Departamento Nacional de Planeación y a otras entidades del Gobierno, sin embargo, no fue incluida; por ende, no hay política pública al respecto.

“Los múltiples hechos victimizantes ocurridos en contra del campesinado no solo han atentado contra su vida e integridad física, sino que han conllevado su desconocimiento como sujeto político, cultural y de derechos. La población campesina ha quedado atrapada en un péndulo que ha oscilado entre la violencia y el abandono estatal, que lo ha impulsado a exigir el restablecimiento de sus derechos en condiciones dignas”, reclamó Camargo Assis.